Ayer me dijeron que hasta las 7:15 no abrían para dar desayunos así que hoy me he levantado a las 6.45, he recogido y he bajado a desayunar: café, tostadas y zumo de naranja. He salido más o menos a las 8 y he decidido hacer del tirón los 28 kilómetros hasta Arca (Pedrouzo). No se si porque ya subo las cuestas como si nada o por saber que en solo unas horas estaré en Santiago de Compostela, pero la etapa de hoy se me ha hecho muy llevadera.

Por el camino me he ido encontrando con algunos ciclistas con los que he compartido camino a lo largo de todos estos días. En Pedrouzo he parado a tomar una Coca Cola y he retomado la marcha. Tan solo 18 Km para llegar a Santiago. Aunque es verdad que hay algunas bajadas «gustosas» también hay repechos importantes.

Buena parte del camino de hoy lo he hecho por carretera ya que la afluencia de peregrinos a estas alturas es muy muy intensa e ir por los senderos con la bici es a veces complicado. De todos modos me he desviado para subir al Monte do Gozo.

Arriba hay una pequeña ermita, un puesto de refrescos y el día que yo llegué muchíííísima gente.Para entrar en Santiago ya solo hay que dejarse caer y remontar después para llegar hasta lo alto de la ciudad.

En mitad de la imagen detrás de unos árboles se ven las torres de la Catedral

Cuando he llegado a la Plaza del Obradoiro tenía un sentimiento sobre todos los demás: SATISFACCIÓN.

He sido capaz de llegar hasta aquí recorriendo 800 kilómetros. He superado la lluvia, el frío y los miedos de las primeras etapas; el cansancio y el dolor de piernas; la soledad de muchas horas sobre la bicicleta.

Cuando empecé el Camino no sabía muy bien por qué lo hacía, tan solo me apetecía. Pero ahora me siento invencible. Siento que soy capaz de cualquier cosa. Que puedo conseguir lo que quiera y que tengo una fuerza de voluntad a prueba de bombas.