Actualizado el sábado, 30 enero, 2021
Durante unos días del mes de septiembre del año 2016 estuvimos en la Sierra de Grazalema, en Cádiz. Yo no conocía Ronda así es que no pude resistir la tentación y fuimos a pasar allí un día. Aunque Ronda pertenece a Málaga, está a unos 100 kilómetros de la capital, también está cerca de la Sierra de Grazalema.
Aquellos días que pasamos por esas tierras andaluzas nos pilló una ola de calor de morirse así es que lo primero que hicimos cuando llegamos, que ya era mediodía, fue buscar un sitio donde tomar una cervecita y comer. Comimos en uno de esos restaurantes cuyos balcones cuelgan sobre el río Guadalevín. La comida no fue nada del otro mundo y el restaurante era muy normalito pero bueno, es un sitio peculiar y merece la pena comer en uno de estos balcones solo por las vistas.
Una vez saciada la sed y llena la barriga dimos una vuelta por las calles de Ronda, vimos la Plaza de Toros y recorrimos sus callejuelas y plazoletas.
Después visitamos, casi por aquello de resguardarnos del calor, la Casa del Moro. Es una construcción del siglo XVIII, no muy antigua a pesar de su nombre aunque en su interior alberga la conocida como «la mina» una construcción, esta sí, de origen árabe. Es una compleja obra islámica que baja hasta el fondo del «tajo» para encontrarse con el río Guadalevín.
Después salimos al pequeño jardín de inspiración islámica aunque fue diseñado y construido en el siglo XX. El Palacio actualmente está en rehabilitación y no puede visitarse aunque por el precio de la entrada que no recuerdo pero era muy barata, merece la pena visitar la mina, Bien de Interés Cultural desde 1943.
Y ya que había pasado la peor hora de calor decidimos ir a ver bien visto el famoso Puente de Ronda. Es sin duda el monumento más emblemático de Ronda y se construyó entre 1751 y 1793. Se construyó, obviamente para salvar «el tajo» de Ronda, una gigantesca garganta de más de 100 metros de profundidad que ha sido excavada a lo largo de los siglos por el río Guadalevín.
Está construida en sillería de piedra y todos sus arcos son de medio punto. Las dependencias con ventanas y balcones que se ven sobre los arcos fueron utilizadas como prisión.
Vimos el puente desde arriba, desde abajo, de lado…. nos falto sólo verlo desde un helicóptero!
Para terminar el día acabamos tomando un refresco en uno de los bares que dan al puente y en el que se estaba de maravilla. ¡Hacía hasta fresco!