Actualizado el domingo, 21 febrero, 2021
Los cruceros fluviales son viajes lentos, pausados, relajados…. pero no por ello llenos de lugares preciosos y actividades para no aburrirte.
Hacer un viaje de 5 o 10 días en un barco por un río es una forma perfecta de relajarse y viajar sin preocupaciones.
Particularmente no soy en absoluto defensora de los cruceros por mar. Me parece que son verdaderos monstruos contaminantes. Solo tenemos que ver los problemas que tienen con ellos en ciudades como Venecia. El año pasado durante mi viaje por los fiordos noruegos (en coche) me quedé horrorizada cuando un crucero gigantesco llegó a un pequeño pueblito costero y de pronto todo se llenó de gente y de ruido y tuvimos que salir corriendo. Literalmente.
Pero los cruceros fluviales son muy diferentes. Estos barcos son mucho más pequeños ya que la profundidad de los ríos es menor y además hay que pasar por debajo de algunos puentes. Además hay que aprovechar porque este tipo de viajes están de moda y es muy fácil encontrar ofertas de cruceros fluviales online.
Antes hemos dicho que viajar en un crucero fluvial es viajar despacio, sin embargo es muy raro que pases un día entero navegando sin llegar a ningún puerto. De hecho es muy posible que en el mismo día visites más de una ciudad. En ese sentido también me gustan mucho más que los transatlánticos en los que se pasa bastante más tiempo a bordo navegando de un lugar a otro. Prefiero pasar el mayor tiempo posible visitando lugares desconocidos.
Aún en los días en los que pases más tiempo a bordo puedes ir viendo el paisaje perfectamente. El barco apenas se mueve y tú te sentirás como flotando en el aire a un ritmo pausado que te permitirá disfrutar de todo lo que hay a tu alrededor.
Otra cosa que me parece un punto muy a favor de los cruceros fluviales: viajas con tu hotel y te evitas el tener que estar haciendo y deshaciendo maletas y cargando con ellas del hotel al autocar o al coche para ir de un sitio a otro. Embarcas, deshaces tu maleta y disfrutas del viaje. Mucho mejor!!
Y aún le veo otra ventaja. Si haces un road trip o viaje en coche (que por cierto me encantan), mientras conduces, obviamente no haces otra cosa y cada vez que tengas que comer, dormir, etc. tu viaje se detendrá por un tiempo. En los cruceros fluviales esto no pasa ya que mientras tú estas comiendo, durmiendo, viendo el paisaje o leyendo un libro, tu viaje avanza por lo que el tiempo de vacaciones te cunde mucho más.
Cuando atracas en el puerto tienes tiempo libre, o excursiones guiadas si es que las contratas, para conocer el lugar pero es interesante tener en cuenta que el barco es tu hotel y que tú eres libre de entrar y salir cuando quieras. Puedes ir a echar una cabezada si quieres o a coger la mochila o dejar la chaqueta que cogiste por si hacía fresco….
Se pueden hacer cruceros por grandes ríos de Europa: Danubio, Rin, Duero,… También por ríos más pequeños recorriendo los Países Bajos o Francia. Y lo mejor de todo, puedes hacerlos casi en cualquier época del año porque al no estar en mar abierto no suele haber ningún problema con la meteorología. De hecho algunos cruceros se hacen especialmente en diciembre para ir recorriendo los mercadillos navideños más bonitos y emblemáticos de Europa.
Ya sabéis que no soy yo muy de cruceros pero oye, esto de los slow-travels viajando a bordo de un pequeño barco por un río como que sí me llama bastante la atención. Este año ya creo que va a ser que no… pero para el año que viene habrá que ir reservando!