Poco puedo contarte de Santa Sofía. El pasado junio, cuando estuve en Turquía pasé mucho tiempo dentro del templo e hice muchísimas fotos, pero ninguna de ellas puede mostrar lo que es realmente Santa Sofía.

De todos los lugares que he conocido es uno de los que más me ha impactado, si no el que más. Es algo grandioso, sobrecogedor, increíble. Más aún cuando piensas que es una construcción milenaria.

Por mucho tiempo que pasé dentro, admirando sus cúpulas, sus titánicas dimensiones, sentí pena cuando salí de allí. Santa Sofía significa «Santa Sabiduría» y creo que el nombre le va como anillo al dedo. Este templo bizantino, del año 537, es como ese anciano al que no conoces, con el que no hablas, pero que tiene una mirada, unos gestos… algo que pone en evidencia, que saca a relucir todo lo vivido, todas las personas y acontecimientos que han pasado por su vida, toda su experiencia.

Tal vez Santa Sofía no es tan delicada ni tan estilizada como puedan serlo otros templos turcos, pero es la abuela de todas ellas y eso ya es un grado.

Poco más voy a contarte, solo tienes que verme tirando fotos sin parar y mirando para todas partes. Me faltaban ojos.

En este video que ha montado Inés Casas podrás ver más fotos y algunos datos técnicos e históricos. Por cierto, también vine enamorada de la música que vas a escuchar.