Actualizado el lunes, 8 enero, 2018
Fin de semana de relax, cervecitas y bañito en el río…. Pero solo dos días…
Hacía tiempo que no salíamos con los amigos. Como Isra es de Jarandilla (bueno, su familia) y hacía ya tiempo nos había invitado a ir decidimos que este era el momento. La verdad es que hacía un calor mortal pero lo pasamos muy bien.
Como bien es sabido el Isra no puede parar quieto y nos tuvo el primer día haciendo turismo, cosa que agradezco.
No me acuerdo del orden en que vimos las cosas pero sí de todos los lugares a los que fuimos.
Hace ya bastantes años -antes de conocer a Isra- estuvimos los dos (Albertito y yo) en Jarandilla en un camping que se llama Jaranda y por eso ya conocíamos la zona un poquillo.
El día que llegamos, con el calor que llevábamos y muy sabiamente, el Isra nos subió monte arriba para tomar unas cervecitas al fresco. El problema es que las cervezas eran de «a litro» y acabamos un poquito perjudicados (sobre todo Dani). Para muestra un botón…
Ese día, como ya era de noche, no hicimos mucho más. Eso sí, la noche fue infernal. No pudimos pegar ojo ni Alberto ni yo por el calor. Aunque hubo gente (la Toñi) que pasó frio ????????
Al día siguiente fuimos a un pueblo cercano que se llama Garganta La Olla. Es un sitio bastante bonito al que Alberto y yo ya habíamos ido en el anterior viaje. En aquella ocasión recuerdo que dimos una vuelta por el pueblo y subimos al campanario de la iglesia donde había una vieja revieja que te pedía la voluntad.
En esta ocasión Isra y Almu nos llevaron a un sitio escalofriante: El Museo de la Inquisición. Se trata de una antigua casa, bastante grande, aunque lo que se muestra es solo una pequeña parte, donde un lugareño, muy amable, te va contando todo lo que a aquellas mentes sádicas se les ocurría para torturar a la gente. La visita da bastante grima pero desde luego que merece la pena. Todo está en la casa tal y como estaba entonces, incluídos los instrumentos de tortura. Al museo se llega subiendo una callecita que parte de la plaza del Ayuntamiento.
He encontrado esta página sobre Garganta que está bastante chula y cuenta muchas más cosas sobre el Museo Etnográfico y de la Inquisición.
Después tomamos unas cervecitas en la plaza y fuimos a comer a Jarandilla a un restaurante del que no recuerdo el nombre pero que me encantó. Entre otras cosas comimos pluma de cerdo, que yo nunca había probado y que por lo visto es la puntita final del lomo del bicho. Muy rico.
De camino al Monasterio de Yuste, en Cuacos de Yuste, paramos en el Cementerio Alemán, que nos había pasado inadvertido en nuestra anterior visita a Jarandilla.
Es un lugar curioso. A la entrada hay una placa en la que se puede leer:
«En este cementerio de soldados descansan 28 soldados de la Primera Guerra Mundial y 154 de la Segunda Guerra Mundial.
Pertenecieron a tripulaciones de aviones que cayeron sobre España, submarinos y otros navíos de la armada hundidos. Algunos de ellos murieron en hospitales españoles a causa de sus heridas. Sus tumbas estaban repartidas por toda España, allí donde el mar los arrojó a tierra, donde cayeron sus aviones o donde murieron.
El Volksbund en los años 1980-1988 los reunió en esta última morada inugurada en presencia del embajador de la República Federal de Alemania en un acto conmemorativo hispano-alemán el 1 de junio de 1988.
Recordad a los muertos con profundo respeto y humildad.»
La visita al Monasterio no es que se una maravilla pero está bien (la entrada tampoco es muy cara) y se está muy fresquito dentro. Para mí lo más bonito es el Retablo.
Creo que este día no hicimos ninguna visita más.
Al día siguiente, que ya nos volvíamos a Madrid, estuvimos en Losar de la Vera, bañándonos en la piscina municipal, que es natural y gratuita. Eso sí, el agua está congelada. Creo que su nombre el «Piscina Natural Vadillo»
Y esto es todo. No parece mucho pero a mí me pareció que el fin de semana nos cundió bastante. Las visitas turísticas muy bien, pero sin duda lo mejor fue la compañía. Repetiremos pronto. Seguro.
Foto portada | © Jose Mario Pires / , via Wikimedia Commons